Hoy se callan las
palabras
y se apagó mi voz,
los gestos ya no
hablan
porque han perdido su
expresión.
Inundada está mi alma
de tristeza
inmensurable
impidiendo que mi
mente
y mi corazón te
hablen.
La desdicha de la
vida
fue precisamente ofenderte,
haciéndome una herida
de tristeza y de
muerte.
Pues flor de jardín
eres tú,
la rosa más linda del
mundo
que pisé en mí caminar
por desconocer tú
rumbo.
Quizás haya quién
cure la agonía
quien perdone la
maldad
y pueda resucitar
esta flor que está
marchita.
Vaikus Tosan
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