Cuando párvula era mi
mente
y pequeño mi corazón,
pensaba que la
amistad
era egoísta e
imaginaria,
utopía de soñadores,
divisas de
comerciantes,
contenido de
oradores,
jobi de los poetas,
motivación de los
atletas
y consuelo de los
desocupados.
Amistad era la
realidad de la televisión,
la cara de la
necesidad de los políticos,
el recorte de
corazones y cupidos,
la fecha de un día
extraordinario,
las diferencias
envueltas en olvido,
un pañuelo que se
seca las lágrimas,
la masa de gente sin
sentido,
el sobrio camino de
la locura,
un regalo con gran
envoltura
y el beso dulce de la
amargura.
Sin embargo con el
paso de dos décadas
de estudios, errores
y certezas
comprendo con corazón
de nobleza
el significado
profundo de la amistad,
que no consiste en
hacerse amar
sino en darse por
completo
sin condiciones y
aprietos
al amigo que siempre
me acompaña
pese a mis defectos y
faltas
como si yo fuera el
mejor.
Por ello de corazón
hoy quiero darte las
gracias,
por tu fiel amistad
para conmigo
al considerarme tu
amigo,
con una sonrisa
sincera
que de mi alma se
apodera
hasta sacarla a la
trascendencia
de una felicidad
verdadera
y de una comunión
eterna.
Vaikus Tosan
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